María Tarazona y el rumor del velorio
Columna de opinión
*Diego Alonso Ramírez Oyola
En política, los silencios suelen decir más que las palabras. Y en los velorios, esos espacios donde el dolor debería ser el único protagonista, muchas veces lo que queda no es la despedida, sino los rumores. Eso fue lo que pasó con María Tarazona, la esposa de Miguel Uribe, en medio de la tragedia que la golpeó de frente.
Se dice que en plena despedida, María Fernanda Cabal se acercó y le soltó una frase que hoy todavía resuena: un comentario cargado de política en el peor escenario posible. Nadie discute que la Cabal es frontal y no se guarda opiniones, pero en un velorio esas palabras caen como piedras.
Lo que sorprende no es tanto la dureza del mensaje, sino la resistencia de Tarazona. Porque más allá del morbo que despierta la escena, queda claro que María no solo tuvo que enfrentar la pérdida de su esposo, sino también la forma descarnada en que la política colombiana irrumpe hasta en los momentos más íntimos.
¿Fue una falta de empatía de Cabal? ¿Un desliz? ¿O simplemente la confirmación de que, en este país, la política no respeta ni los duelos? Lo cierto es que Tarazona quedó en el ojo del huracán sin buscarlo. Y ese detalle debería llevarnos a reflexionar: ¿hasta dónde estamos dispuestos a normalizar que la política atraviese la vida privada de esa manera?
En medio de todo, la imagen que queda de María Tarazona no es la de una mujer expuesta por un rumor, sino la de alguien que, en silencio, carga con una doble batalla: la del dolor por la pérdida y la del ruido de un país que no sabe guardar respeto ni siquiera frente a la muerte.

Publica un Comentario